- ¿Por qué?
- Me distraes y no me concentro.
- ¿Para qué necesitas concentración? Sólo estamos en
un ensayo… Guárdate la concentración para los conciertos, enano.
Suspiro dando por imposible el intentar concentrarme.
Porque Danny no me paraba de mirar. Sus ojos azules, esas dos esferas del color
del cielo, no paraban de estar clavadas en mí. En Dougie. ¿Quién se fija en
Dougie? Sólo las fans, no tu compañero de banda. No él.
- Creo que lo mejor es dejarlo por hoy.- Concluye Tom
dejando la guitarra en su sitio.- Ninguno estamos de humor, ¿me equivoco?
- Mañana seguimos.-Añade Harry guardándose las
baquetas en los bolsillos traseros del pantalón.- Doug, ¿te apetece ver una
película en casa?
- No. Quiero que me expliquéis qué pasa, porque aquí
los que no estáis de humor sois vosotros, por algo será ¿no?
Los otros dos miran a Danny, que está a mi lado. Le
miro y traga saliva. Tenía que ver con él, eso seguro… Y todo en lo que tiene
que ver Danny suele ser malo.
- Pu-Pues verás…-Baja la vista hasta sus manos,
mientras juega con sus dedos.- Como sabrás he faltado a muchos ensayos porque…
Estuve en el médico y… Me ha dicho que… Tom, díselo tú.
- ¡Danny! Quiero que me lo digas tú.-Me cruzo de
brazos.- Suéltalo.
- Que tengo cáncer. De pulmón.
Adiós mundo.
Cuando noto mis ojos humedecerse, me giro y salgo del
estudio. No sé a dónde ir, sólo sé que necesito estar solo. ¡Joder! Esas cosas
no se dicen así tan… De repente. Entro a los baños y me encierro en una de las
cabinas. Me siento y me encojo apoyando la cabeza en las rodillas.
No llores, solo es
cáncer… Se puede recuperar. Y también puede morir. Pero, ¿qué más da? Hace unos
días que le dijiste que le odiabas.
¿Acaso no le odias de
verdad, pequeño Dougwash?
- Dougie, ábreme la puerta.
- Vete, Danny.
Miro hacia abajo y le veo con medio cuerpo bajo la
puerta. Niego con la cabeza y sonrío. Termina de pasar y se levanta. Me mira
con una expresión que no sabría descifrar el qué quiere decir.
- Dougie… No me voy a morir, ¿lo sabes?
- Claro que no te vas a morir. ``Necesito estar en un
mismo escenario que Bruce antes de morir y tocar junto a él´´.
- Dougie.-Se arrodilla ante mí y me mira.- No me voy a
morir porque no os puedo dejar. A Tom, a Harry, al grupo. Aunque tú me odies…
- No te odio.
- Déjame acabar. No te puedo dejar solo, ¿sabes lo que
hace el mundo con los pollitos como tú? Se los comen.-Sonríe y eso me hace
sonreír a mí también.- Por eso y porque aún no me ha dado tiempo a hacer muchas
cosas.
- Pues yo soy tú y me daría prisa en hacer todo lo que
no has hecho…
- No arruines el momento.-me advierte señalándome con
un dedo.- Pero oye, que no llores.
Me limpio rápidamente las mejillas y los ojos con la
manga de la sudadera y sonrío avergonzado. Sin que me lo espere, se acerca más
a mí y junta sus labios con los míos. Creo que llevo tanto tiempo imaginándome
cómo sería besar a mi amigo que dudo que lo que esté pasando sea real. Supongo
que lo que me hace ver que es real, y no es un sueño, es su lengua pidiendo
permiso para introducirse dentro y explorar mi boca. Y no seré yo quien negué
ese acceso. Lo único que nos hace separarnos es la falta de oxígeno en nuestros
pulmones.
- Estás rojo.-Ríe.
- ¿Eh?
- No sabía que te quedabas más tonto cuando alguien te
besaba.-Le doy un leve puñetazo en el hombro y sonríe.- Te quiero.
Y otro beso. Y otro más.
- x -
Me agacho, sentándome frente a él, o lo que queda ahí y dejo el tulipán encima. A Danny no le gustaban las flores, sólo los tulipanes. Decía que era lo único que podías coger si pagar y era bonito. También le gustaba el prado lleno de tulipanes al que me llevó una vez. Donde ocurrió por primera vez. Era muy cursi para haber salido de Danny, aún pienso que la idea fue de Tom, y no de él. Por mucho que dijera que fue únicamente idea suya.
- ¿Te acuerdas que me dijiste que no querías que viniera todos los días si pasaba lo peor? Bueno, sólo vengo dos veces a la semana, ¿me lo perdonarás desde ahí arriba? -a veces me sentía estúpido hablando con un cacho piedra en el que estaba grabado su nombre y dos fechas junto a la frase 'No molestar, compositor trabajando'.- Pero bueno, vengo a darte buenas noticias... ¿Sabes? Todo es muy injusto. El que tendría que haber tenido cáncer de pulmón debería de haber sido o Harry o yo. Al fin y al cabo nosotros fumamos más a menudo... El caso es que, desde que ya no estás aquí, tanto Haz como yo hemos dejado de fumar. Tom quiere que... Que McFly se acabe.- suspiro pasándome una mano por el pelo.- Dice que por mucho que busquemos a otro, no habrá nadie como tú. Y lleva razón. También hemos recibido cartas a casa de fans, adivina qué, no hay ni una mala. ¡Te están saliendo hasta novias por todos lados! Siempre has sido muy vago. Oh, Daniel, deberías haber luchado... Ahora has dejado a un pollito solo.- Sonrío tristemente.- Georgia está fatal. No come... Se va a quedar más delgada. Creo que hasta los gatos de Tom notan tu ausencia. Lo bueno es que el pequeño Jones tiene pecas. ¿Creías que no iba a tener? Te confundiste, tiene tantas pecas como tú. Es... El jodido niño es exactamente una copia tuya.
El sonido de unos pasos me hacen darme la vuelta. Veo cómo Georgia y el pequeño Lee se acercan hasta donde estoy. La idea del nombre fue de Dan, que conste.
- ¿Interrumpo?
- No, también tienes derecho a venir aquí.- Cojo al pequeño Jones y le siento en mis piernas.- Saluda a papá.
- No está.- Contesta el niño vocalizando mal.- ¿Dónde está?
- Arriba, nadie le puede ver. Pero él a nosotros sí. Y te estará vigilando, más te vale portarte bien.
Veo cómo Georgia sonríe tristemente. Me levanto con el niño en brazos y hago un gesto dando a entender que la dejo sola con él. Asiente y me voy con Lee.
- Y, ¿algún día veré a papi?
- Algún día. Pero para eso falta mucho.
- ¿Tú lo viste?
- Éramos muy, muy, muy amigos... Tú también le viste, pero eras muy peque.
- ¿Cómo se va a llamar el niño?
- Lee.
- ¿Lee?- Pregunto sorprendido.
- Sí, Lee, como tu segundo nombre.- Aclara con una sonrisa.
- No hacía falta.- Se encoge de hombros y me tiende al niño.- Hola, Lee.
Sonrió. No me lo había imaginado, el niño me había sonreído. Desde ese momento me prometí cuidar de ese crío como si fuera mi propio hijo.